Jorge Luis Borges es conocido en el mundo entero por la genialidad de sus obras y por otras tantas que nunca escribió.
Instantes es el titulo de un famoso poema que circula en las redes sociales cuya autoría se adjudica a Borges.
Algunas de las estrofas de este poema suelen utilizarse como herramientas motivacionales.
En algunas reseñas que analizan la trayectoria borgiana se menciona también este poema.
Fue tal la repercusión de sus versos que la esposa del escritor, María Kodama, tuvo que aclarar las cosas.
Kodama asegura que el poema nunca pudo ser escrito por Borges. Desde su punto de vista, Instantes carece de calidad literaria y los conceptos que trasmite son vanales.
Sin embargo, el error, en este caso, es casi una ficción en donde el otro Borges, un escritor medio pelo, transita un laberinto de palabras mundanas para atreverse a ser lo que nunca fue.
Instantes
Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
solo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años…
y sé que me estoy muriendo.