El hallazgo de un misterioso huevo gigante en la Antártida ha creado una serie de interrogantes dentro del mundo científico.
Las características de un huevo gigante encontrado en la Antártida desafía los conceptos creados en torno a los dinosaurios.
La idea generalizada sobre los huevos de dinosaurio se parece bastante a los de gallina que conocemos actualmente.
Bueno, esa teoría tiene un problema ya que el huevo que se encontró en la Antártida es de cáscara blanda.
De manera preliminar se podría decir que es un detalle insignificante pero no es así.
Encontrar un fósil de cáscara blanda significa, por lo menos, que existió más de un tipo de cápsula en donde se gestaban los dinosaurios.
Existen por lo menos dos estudios publicados en la revista Nature que plantean la existencia de masas blandas gestantes de dino embriones.
Mientras que las cáscaras blandas son propias de las tortugas o los lagartos, las duras son para las aves.
Eso significa que un cambio en la dureza de la capa protectora del huevo modifica la evolución del animal emergente de ella.
Ahí es donde se modifican algunos conceptos que damos por hechos respecto a los dinosaurios.
Otro de los misterios tiene que ver con el hecho de que no existen pruebas de transición alguna entre ambas.
Una de las hipótesis afirma que primero los huevos blandos se fortalecieron para preservar la reproducción de las especies.
El fósil encontrado en la Antártida se asemeja a un balón sin aire y es extremadamente raro.
Durante varios años permaneció dentro de un museo y ahora regresa a la luz de los debates.