La jornada del viernes empezó con un sanguinario ataque a la estación de tren de Kramatorsk, al este de Ucrania, el cual dejó un saldo de 50 personas muertas y 100 heridas.
El ataque, perpetuado por medio de un bombardeo con misiles, se llevó a cabo mientras cientos de personas esperaban el tren para escapar de la región, actualmente bajo asedio de las fuerzas rusas.
Cabe destacar que Kramatorsk se encuentra en la región de Donetsk, zona donde inició el conflicto entre ambos países.
De acuerdo al gobernador de la región, Pavlo Kyrylenko, en el ataque hubo 38 personas que murieron en el acto, mientras que las otras 12 fallecieron en el hospital a raíz de las heridas.
Una vez que se conoció la noticia sobre el ataque, las autoridades de Moscú y Kiev rápidamente salieron a cruzar acusaciones. Del lado ucraniano se repudió la «maldad sin límites» de Rusia, mientras que desde el Kremlin aseguraron que la matanza fue obra del gobierno encabezado por Volodomir Zelenski.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, remarcó que el ataque no fue perpetuado por el ejército ruso dado que los misiles Tochka-U (cuyos fragmentos fueron encontrados en los alrededores) forman parte única y exclusivamente del arsenal ucraniano.
