En rechazo a la incorporación de la oposición venezolana como un integrante más, Argentina oficializó el retiro del Grupo de Lima.
«La participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar».
Esa es la frase del comunicado enviado por la cancillería al Grupo de Lima que explica la salida de Argentina.
Durante el gobierno de Macri, Argentina participó activamente en el Grupo de Lima para castigar a Venezuela.
Con el cambio de mando, el país se mantiene al margen de medidas a las que considera infructuosas y tendenciosas.
Entre otros argumentos, Argentina expone a la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima.
Además, la decisión que precipitó el retiro tiene que ver con el bloqueo internacional impuesto a Venezuela.
Dichas acciones, guiadadas por los intereses de la oposición venezolana, son rechazadas por Argentina.
Como se esperaba, el arco opositor argentino, encabezado por el PRO, criticaron fuertemente la medida.
Mientras el PRO pide mano dura y castigo para Venezuela, Alberto Fernández apuesta a la vía democrática y al diálogo.
Una vez oficializada la ruptura, se anticipa también un quiebre dentro del mismo Grupo de Lima.
Recordemos que además de Argentina, otros países del continente también lo conforman.
Estamos hablando de Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía.
Con la pandemia y nuevas elecciones presidenciales en puerta, el futuro del grupo es incierto.
Sobre todo si pensamos en la ideología que lo sostiene y en la obsesión contra Venezuela.