La Policía de Córdoba detuvo a un sospechoso por el crimen de un hombre de 40 años, que fue ultimado de un balazo delante de su novia por delincuentes que asaltaron a un repartidor en el barrio José Hernández, de la ciudad de Córdoba, informaron fuentes policiales.
El detenido es mayor de edad y en el mismo operativo se secuestró un auto que habría sido utilizado en el violento asalto.
Walter Leiva, quien se desempeñaba como vigilador privado, pasaba por el lugar en moto junto a su novia y se topó con los tres delincuentes que asaltaron el local, además de golpear a un repartidor delivery al que despojaron de su moto.
Uno de los asaltantes, sin mediar palabra le realizó un disparo en la cabeza a Leiva, quien falleció horas más tardes como producto de la herida.
El violento episodio se produjo el sábado por último a la noche en Azul al 3.000 y se inició cuando tres hombres descendieron de un automóvil Volkswagen Gol Trend de color blanco e intentaron robarle la moto al repartidor, un hombre de 37 años al que le pegaron un culatazo en la cabeza.
El hombre fue sorprendido por los delincuentes en el momento en el que se disponía a salir para entregar un pedido y se detuvo a atender su celular.
Los asaltantes, además, amenazaron con armas a la dueña de la rotisería.
Fue entonces cuando pasó por el lugar Leiva junto a su pareja, en el momento en el que regresaban de un asado.
Por causas que no se habían determinado, uno de los delincuentes realizó varios disparos, uno de ellos en la cabeza del vigilador, mientras que también hirió por un roce a la dueña de la rotisería, aunque la lesión no revestía gravedad.
Los delincuentes escaparon y Leiva fue llevado al Hospital de Urgencias, donde murió en horas de la madrugada del domingo.
El hombre asesinado era padre de una adolescente de 15 años, y dos niños de ocho y tres, y residía a pocas cuadras de la escena del crimen.
Testigos indicaron que el hombre asesinado no había tenido intención de intervenir en el hecho y se especula a que el asaltante que le disparó, se sorprendió por su presencia en medio de la tensión por la resistencia del repartidor a ser asaltado.
Tras la detención de uno de los sospechoso, la Policía confiaba en lograr atrapar al resto de la banda de asaltantes.