El precio del pan tendrá una suba a nivel nacional en los próximos días, en respuesta a la suba de costos que atraviesa el rubro panadero en todo el país.
Así lo definió el presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan, Miguel Di Betta, en declaraciones a la prensa. Según el titular de la entidad, en los próximos días se verá una suba de precios «porque hay insumos que han subido de precio más de un 100%. Hemos tenido que aguantar porque nos bajan las ventas cada día».
Puntualmente, los insumos que propiciaron el aumento fueron la grasa y la margarina, y su incremento de precio se debe a la baja de la carne y las importaciones. A eso se le suma el aumento en los costos operativos. Según Di Betta, «una panadería de 12 o 13 empleados paga una factura de luz de cinco millones de pesos».
Similares observaciones realizó Martín Pinto, de la Cámara de Industriales Panaderos, quien remarcó que con la caída en las ventas y el aumento en los insumos y materias primas, «van a seguir cerrando panaderías».

Sobre esa línea, el dirigente industrial aseveró que «la gente hoy compra lo que puede y no lo que quiere. Muy a nuestro pesar, es posible que tengamos que incrementar el precio de nuestros productos en los próximos días, para tratar de equilibrar un poco los costos de producción, aunque sabemos que esa no es la solución.
Otro dato que resulta ser una muestra fiel del clima de época es el siguiente, según Pinto antes «los panaderos sacaban préstamos para arreglar su panadería o para comprar máquinas, hoy se endeudan para pagar los aguinaldos, la luz, el gas; ya no saben qué hacer».
Un factor que se suma también a la problemática del sector es el aumento en la presión impositiva: «además de las materias primas y las tarifas de los servicios públicos, hay subas en Ingresos Brutos, en los impuestos municipales, la realidad es que se hace insostenible mantener los comercios».
Y en ese sentido, agregó: «por eso sigue creciendo el trabajo clandestino, que no paga alquileres, impuestos ni sueldos», lo cual aparte de perjudicar a la industria, deviene en «un serio riesgo para la población, porque muchas veces el pan se fabrica en lugares sin la higiene y las condiciones de salubridad que tiene que tener la elaboración de productos alimenticios».