En declaraciones, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tildó a los ciudadanos de «maricas» por no olvidar el tema de la pandemia.

En sus declaraciones, Bolsonaro le recordó a la población que todos en algún momento vamos a morir.

Siguiendo en la misma línea de reproches, exigió que se termine con la idea de que todo sea coronavirus.

Brasil «tiene que dejar de ser un país de maricones», dijo Bolsonaro en su mejor estilo.

Respecto a los 162 mil ciudadanos muertos, explicó que lamentaba la situación pero es un final ineludible de la vida.

Las declaraciones se dieron en un marco que parece no escuchar las estadísticas que arrojan a más de 5 millones de contagios.

Lejos está el momento en que Bolsonaro agradeciera a los médicos por haberlo tratado del virus.

Una vez recuperado, el mandatario arremete en contra de la población, utilizando frases desafortunadas.

Bolsonaro nunca negó su postura homofóbica y en esta ocasión la utiliza para recuperar a los fieles seguidores que se resguardan del virus.

Las críticas también alcanzaron a los propios integrantes de su partido al comparar su situación con el expresidente argentino Mauricio Macri.

Al respecto, enfatizó que Macri perdió las elecciones por el poco apoyo que recibió de su gente más cercana.

Desde su visión inmortal, Bolsonaro pidió ponerle el pecho a la pandemia y que, traducido, entreguen sus vidas en honor a la economía.

Recordemos que una buena parte de la economía de Brasil depende del turismo y esta temporada de verano arranca con un panorama complejo.

A los empresarios también les tocó un poco de bolsonarismo.

Tanto para los medios de comunicación como para los empresarios, Bolsonaro afirmó que sobredimensionan la situación por lo que desde su visión se trata de una simple gripe.

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