Durante la jornada del viernes, el juez federal Alejandro Sánchez Freytes desestimó una investigación iniciada contra su ex par, Ricardo Bustos Fierro, quien seguía trabajando en su oficina y emitiendo fallos pese a estar jubilado.
Cabe destacar que esta curiosa situación había generado cierto extrañamiento entre los pasillos de Tribunales Federales, cuando Bustos Fierro ingresó a su despacho después de haberse jubilado, o por lo menos eso era lo que todos los empleados judiciales creían hasta ese entonces.
De acuerdo al ex magistrado, él seguía ejerciendo funciones a raíz de que su renuncia todavía no había sido aceptada por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y que dicha resolución todavía no había sido publicada en el Boletín Oficial, según protocolo.
Oficialmente, Bustos Fierro debía cesar su cargo el 25 de enero, y de hecho su renuncia la había firmado él mismo el 23 de dicho mes, solicitando la aceptación a partir del 10 de diciembre de 2023 para poder continuar el ejercicio con competencia electoral para los comicios nacionales.
Pese a este trámite, tanto la Cámara Federal de Córdoba como la Cámara Nacional Electoral ya habían nombrado como subrogante a Sergio Pinto, juez federal de Bell Ville. Algunas idas y vueltas después, sumados a la intervención de la Corte Suprema y la reaparición del ex juez, se arribó a una investigación bajo la tutela del fiscal Maximiliano Hairabedián.
Una vez finalizada la investigación, Hairabedián concluyó que Bustos Fierro no incurrió en ningún delito, sino que el confuso episodio se generó a raíz de -valga la redundancia- la confusión generada por los procedimientos efectuados por ambas cámaras.
Hecha esta observación, Sánchez Freytes ordenó desestimar la investigación, y la tranquilidad volvió a reinar sobre los Tribunales Federales.