California

Los expertos advierten la delicada situación hídrica que vive el estado de California al ingresar a su cuarto año de sequía.

Octubre es un mes clave para una parte del planeta en cuanto a la recuperación de las reservas de agua.

Aunque esa es la meta, la realidad indica que el cambio climático cambió todas las reglas del juego, complicando el escenario económico de los países.

En el caso de Estados Unidos, California, el principal productor de frutas y verduras, atraviesa una racha de sequías reiteradas.

Por cuarto año consecutivo, los pronósticos de lluvia para este lugar anticipan prolongados períodos de sequía.

La situación obligó a las autoridades a restringir el suministro de agua a mínimos históricos.

Karla Nemeth, directora de Recursos Hídricos estatal, advirtió el impacto negativo que la sequía acarrea en los embalses y en la producción agrícola.

Desde California sale una buena parte de los productos cítricos y de verdulería que consume el país. En los últimos años, la falta de agua cambió la dinámica en el sector. Algunas cosechas se han perdido mientras otras tantas peligran.

Respecto al suministro de agua, los lagos Oroville y Shasta, dos de las principales reservas, se encuentran por debajo de la cota mínima. Por tal motivo, las autoridades suministran solamente del 5% del total del servicio solicitado por las zonas urbanas y rurales.

Acompañando la idea, el gobernador Gavin Newsom pidió a la población sumarse al esfuerzo del ahorro del vital líquido.

Para colmo de todos los males, esta misma situación se replica en distintas partes del mundo.

El cambio climático es real y requiere soluciones inteligentes a un problema que crecerá con el pasar de los años.

Los fenómenos meteorológicos ocurren a destiempo y con una ferocidad poco veces conocida. Las lluvias no tienen ahora una fecha determinada para caer y lo mismo ocurre con la nieve. Es por eso que habrá que ajustarse a la incertidumbre con tecnología y respeto hacia la naturaleza.