China

Los planes de gobierno de China para lograr la modernización completa son incompatibles con el comercio ambulante.

Las declaraciones del Presidente de China sobre el comercio ambulante en las últimas horas calaron profundo.

El presidente Xi Jinping aclaró que los vendedores ambulantes no podrán regresar a las calles de Beijing.

La noticia sorprendió a los mismos funcionarios del gobierno que apuestan al crecimiento del comercio informal.

Desde el inicio de la pandemia, China empezó a experimentar un aumento en las estadísticas del desempleo.

Los indicadores señalan que la tasa de desempleo de abril alcanzó un record histórico del 20,4%.

Para sobrevivir a los embates de la economía, algunos funcionarios alentaron la venta callejera.

Zibo (Zībó shì) es una de las ciudades chinas que se toma como ejemplo a replicar en donde funciona este tipo de comercio.

Considerada un modelo cultural de ciudad, Zibo logra el equilibro entre la modernidad y el arraigo de las costumbres.

Pese al éxito de la medida, Xi Jinping considera que el país está listo para abandonar algunas viejas tradiciones.

En china, la comida callejera es uno de los cimientos que ayudó a construir las ciudades que hoy conocemos.

Sin embargo, el Presidente piensa que la imagen del centro del país debe ser otra al referirse de la capital.

«no es una mezcolanza sino, ante todo, un centro político donde no se permiten las fábricas en callejones ni la economía de puestos callejeros».

En la misma sintonía, la policía empezó a desalentar la venta ambulante en las calles de Beijing.

Se espera que la ciudad sea un ejemplo de modernidad y tecnología que China ofrece al mundo.