Después de siglos de incertidumbre, uno de los grandes enigmas sobre la existencia de consciencia en los cuervos quedó al descubierto.

Por fin se cayó la careta y los cuervos no tienen otra salida.

Las fábulas que durante siglos escuchamos y leímos tenían razón.

Tras ser atormentado por un cuervo durante toda su existencia, Edgar Allan Poe podrá descansar en paz al fin.

Los cuervos, protagonistas de mitos, leyendas y hazañas comparables a los más grandes héroes, están en el tapete de la ciencia.

La misión: comprobar la existencia de la consciencia dentro de nuestros alados amigos.

Bromas al margen, la verdad es que la investigación es real y los resultados también.

Científicos de una universidad alemana lograron demostrar que los cuervos pueden registrar experiencias subjetivas.

Pese a que carecen de corteza cerebral, estas aves poseen consciencia sensorial, habilidad que se creía exclusiva de los humanos y de algunos primates.

Gracias a los nuevos hallazgos, el conocimiento sobre los procesos de cognición animal suponen un enorme avance.

Sobre todo si imaginamos la infinidad de potenciales líneas de investigación que pueden abordarse para éste y otro tipo de animales.

Porque no solamente se explora la expansión del concepto inteligencia animal sino en otras habilidades que se asumen como únicas y exclusivas del ser humano.

Aunque la noticia impacta, lo cierto es que el saber popular dotó a los cuervos de una personalidad creativa y siempre lista para solucionar los desafíos de la vida.

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