Vladimir Putin, presidente de Rusia, lanzó una contraofensiva al declarar la ley marcial en las cuatro regiones de Ucrania anexadas.
El conflicto entre Rusia y Ucrania subió de intensidad en los últimos días tras los ataques que lanzaron ambas partes.
La estrategia de los países en lucha incluye el lanzamiento de misiles y el uso de drones con objetivos de ataque incluidos.
Mientras Ucrania avanza en la recuperación de los espacios perdidos, Rusia despliega su poder militar.
Para lograrlo, las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia entran en un proceso de ley marcial.
Entre las restricciones impuestas se incluyen las siguientes medidas:
Toque de queda
Circulación limitada de personas
Intercepción y control de las comunicaciones
Prohibición de reunión
Detención de extranjeros
Entre otras medidas
Sobre la situación de conflicto, algunos analistas aseguran que el poder de Rusia se encuentra en franco retroceso.
Sin embargo, la realidad golpea en donde más duele, contabilizando destrucción y muerte.
Las autoridades rusas planean evacuar, en un plazo de seis días, un total de 60.000 civiles hacia los territorios controlados.
También, un grupo paramilitar inició el armado de una línea fortificada de defensa en Lugansk.
Al mismo tiempo que la guerra se afianza, la pelea trasciende las fronteras, incrementando la vieja grieta entre Oriente y Occidente.
Muestra de ello son las declaraciones de los aliados de Ucrania que denuncian la intromisión iraní. Como respuesta, el gobierno ruso desconoce todas las acusaciones.
