Durante la jornada del martes, un testigo relató el secuestro y torturas sufridas por su padre en el Pozo de Quilmes, un centro de detención clandestina que funcionó durante la última dictadura.
El testigo en cuestión es Sergio Maly, hijo de Alberto Felipe Maly, quien trabajaba en la empresa Peugeot y fue secuestrado tras protagonizar un paro contra la automotriz.
El hombre fue recluido y torturado en Quilmes y la comisaría de Valentín Alsina, Buenos Aires, hasta recuperar su libertad en 1979, tras lo cual se exilió en el exterior.
Peugeot aparece en la causa a raíz de un paro protagonizado por sus trabajadores, al cual luego asistieron efectivos militares para su represión, llamados por los directivos de la firma francesa.
Durante ese episodio, algunos uniformados secuestraron a varios de los trabajadores, algunos de los cuales continúan desaparecidos hasta el día de hoy. En tanto, Maly fue secuestrado un tanto después, un 16 de septiembre de 1977, cuando un grupo de tareas irrumpió en su hogar.
Sergio, el denunciante, también fue secuestrado y llevado a Campo de Mayo. Posteriormente se lo trasladó a Los Polvorines. Tras reencontrarse con su padre en 1979, este le mencionó que varios de los detenidos en Quilmes fueron luego víctimas de lo que posteriormente se conoció como los Vuelos de la Muerte.
Ya en la actualidad, la causa está siendo investigada por el Tribunal Oral Federal 1, integrado por los magistrados Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico. El caso judicial juzga los delitos de lesa humanidad cometidos en los Pozos de Banfield y Quilmes, y cuenta con varios imputados, entre los que se encuentran el ex jefe de Gobierno porteño Jaime Smart y el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz, entre otros genocidas.