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Los reclamos en el país por estafas electrónicas bancarias crecieron de manera alarmante en los últimos tiempos.

Se observa una fuerte alza de reclamos por fraudes en los servicios financieros.

Tan sólo en el primer cuatrimestre de este año, las denuncias por este delito crecieron un 286%.

Los datos se confirman con los testimonios aportados por las víctimas que abundan en las redes sociales.

En ellos podemos conocer las variadas formas en que proceden los delincuentes.

La más común es aprovechar las fallas en el sistema de préstamos pre aprobados de los bancos.

En este caso, los delincuentes sacan un crédito a nombre del dueño de la cuenta y lo transfieren a otra sin problema alguno.

De este tipo de estafas se cuentan por montones y parece ser la que mejor resultado ofrece a los ladrones.

Otro tipo de fraude ocurre cuando algún cliente de banco proporciona datos personales y claves bancarias a los delincuentes.

Este es un tipo de estafa más estructurado y cuyo formato los ladrones se conocen a la perfección.

Para lograr su cometido, los estafadores aprovechan la confianza que los clientes depositan en los bancos.

Sin desearlo, aportan datos que sirven a los dueños de lo ajeno para desvalijar las cuentas.

Aunque la Secretaría de Comercio Exterior aplicó sanciones a dos de los bancos mencionado en las estafas, el delito continúa.

En los medios de comunicación, algunas de las entidades bancarias alertan a sus clientes sobre las modalidades de fraude electrónico también.

Ambas soluciones alivian el problema pero no lo solucionan.