La cultura egipcia está plagada de misterios y hoy te contaremos uno que tiene que ver con la tinta que usaban en los papiros.

No existe cultura en el mundo que cause mayor intriga que la de los egipcios.

Sea por la magnificencia de sus pirámides o por su cosmogonía, están presentes en el imaginario colectivo.

Gracias a los egipcios podemos conocer técnicas de momificación exquisitas que resisten milenios.

La muerte, vista desde la óptica egipcia, es un viaje a transitar plagado de acertijos y recetas.

El famoso libro de los muertos describe el trayecto que realiza la momia hacia una nueva vida después de la vida.

Toda la información al respecto se guardó en papiros escritos por los escribas, guardianes de la memoria colectiva.

En los jeroglíficos encontramos datos significativos de las distintas dinastías.

También podemos conocer información sobre cómo se vivía en los tiempos de los faraones.

Considerada como escritura divina, cada símbolo aporta significados de elevadas ideas.

Además del granito, los egipcios utilizaban el papiro como soporte.

Los colores elegidos para escribir son el negro y el rojo, tanto para el cuerpo del texto como para los títulos.

Hasta hace poco, la composición de las tintas permaneció en secreto.

Eso fue hasta la llegada de un grupo de científicos que decidieron estudiarlas a fondo para develar sus secretos.

El primer descubrimiento que encontraron fue la presencia de plomo como elemento fundamental de secado.

Dicha práctica de secado se relaciona con el procedimiento utilizado por los artistas durante el renacimiento.

El hallazgo fue toda una revelación ya que deja al descubierto la complejidad de la receta utilizada.

Se trata de una combinación de sulfatos, fosfatos, carboxilatos cloruros de plomo que fueron detectados por las técnicas de sincrotón.

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