Aunque a febrero lo recordamos siempre como el mes más corto del año, hubo tres ocasiones en que no fue así.
En una buena parte del mundo, febrero es el mes del amor y de la amistad.
También es el mes que menos días tiene por lo que significa un respiro laboral importante.
Normalmente, febrero tiene 28 días calendario y 29 cada 4 años.
Así es desde que nuestras generaciones tienen uso de razón. Pero hubo un tiempo en que no fue así.
Existen registros que comprueban que el 30 de febrero no solamente existió sino que lo hizo tres veces.
La primera de ellas fue en Suecia, más precisamente en el año 1712.
Por aquellos días, los suecos tuvieron la maravillosa idea de cambiar el calendario juliano por el gregoriano.
Como resultado de la modificación en la cantidad de días que comprendía cada mes, febrero terminó con 30 días en su haber.
Las otras dos ocasiones sucedieron en la Unión Soviética, en los años 1930 y 1931.
La idea que alentó la modificación era que cada mes constara de 30 días.
Ambas iniciativas, tanto la sueca como la rusa, crearon descontrol en el conteo y registro de los días.
Ahora ya lo sabes, cada vez que se te ocurra gastar la broma de casarte o pagar un 30 de febrero, piensa dos veces, no sea que se te cumpla.