Conejos

A mediados del siglo XIX, los conejos tuvieron la oportunidad de liderar un país entero y, porque no, el mundo.

Como siempre, la historia comienza con una idea desafortunada.

En 1859, Thomas Austin decidió liberar 24 conejos en Australia, un país que no poseía dichos animales entre su fauna.

El objetivo de Thomas era contar con una especie que le sirviera para practicar la cacería.

Desgraciadamente, los conejos tuvieron otros planes que casi terminan en desastre.

Básicamente, Australia se llenó de millones de conejos por tres razones:

  • Abundancia de alimento
  • Ausencia de depredadores naturales
  • Velocidad reproductiva

La sobrepoblación de estos animales ocasionó un desequilibrio ecológico que derivó en destrucción de bosques y especies endémicas.

Los zorros que sembraron para combatirlos prefirieron atacar a los marsupiales nativos.

Ni los venenos como la estricnina ni las mallas electrificadas fueron suficientes para reducir la población de conejos.

Aunque la mixomatosis exterminó a 500 millones de conejitos, los animales crearon defensas y lograron sobrevivir.

Actualmente, se cree que el 60% desapareció tras la inoculación de un virus hemorrágico.

Pese a que no existe en el mundo animales tan adorable como los conejos, en un tiempo fueron considerados enemigos del ser humano.

La invasión de conejos en Australia demuestra que el problema no son los animales sino la falsa idea que tenemos las personas de creernos dueños de todo lo que existe sobre la tierra.