Resucitar

Una multitud esperó durante tres días la promesa hecha por un pastor evangélico de resucitar de entre los muertos.

En el centro de Brasil a 177 kilómetros de Goiania, ocurrió un hecho escalofriante.

Huber Carlos Rodríguez, un pastor evangelista, se convirtió en el protagonista de una historia insólita.

Antes de Morir, Huber dejó escrita una profecía que debía cumplirse al momento de su muerte.

En la carta, el falso profeta prometió, nada más y nada menos, que resucitar al tercer día, tal como lo hizo Jesús.

«Mi integridad física debe ser totalmente preservada porque estaré tres días muerto y resucitaré tres días después. Mi cuerpo no tendrá mal olor ni se deteriorará porque el propio Dios habrá preparado mi carne y mi cerebro para pasar por esta experiencia».

Como era de esperarse, los planes de Huber no coincidieron con los designados por los cielos y tuvo que ser enterrado al tercer día.

A la espera de la promesa, una multitud se hizo presente en donde almacenaban el cuerpo para observar la resurrección.

Una vez vencido el plazo estipulado en la profecía y cuando el olor de la carne podrida se hizo presente, la magia terminó.

La casa de sepelios no pudo conservar por más tiempo el cuerpo del fallecido y se procedió a inhumar los restos.

Entre el viernes y el lunes, el cuerpo de Huber permaneció refrigerado a la espera del milagro.

Ana María Rodrigues, esposa del fallecido, hizo los trámites para que se respetara la decisión de su marido.

A partir de que se conoció la muerte del pastor, una marejada de curiosos y fieles esperaron por lo imposible.