Alberto y Cristina

Tras un mes de andar demostrando al país que el concepto de «unidad» en este gobierno es una fantasía, el Presidente y la Vicepresidenta abandonaron por un rato sus diferencias y compartieron una cena en la Quinta de Olivos.

En la antesala al esperado «reencuentro» entre ambos mandatarios, la crisis económica (y por consiguiente, política) del país fue creciendo a pasos agigantados.

A la inflación que ya venía padeciendo la Argentina desde hace años (incluso antes de este gobierno, cosa que no habría que olvidar nunca), se le sumaron el desabastecimiento de gasoil y la renuncia de Martín Guzmán.

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Dicha situación -no la falta de gasoil sino la salida del Ministro de Economía- generó espanto en varios sectores (muchos de los cuales paradójicamente esperaban con ansias que el funcionario abandonara el barco) y empezó ahí una cruzada para generar aunque sea una instancia de diálogo entre Alberto y Cristina.

Fue Estela de Carlotto, titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, quien propiciara una llamada telefónica entre ambos. Lo cual también permitió después que la designación de Silvina Batakis en el Palacio de Hacienda tuviera el apoyo total del Frente de Todos.

Poco después de esa negociación telefónica, ambos acordaron verse en persona. Si bien los detalles de dicha conversación no son públicos o por lo menos no trascendieron hasta ahora, muy probablemente se trate de alguna conversación incómoda sobre el rumbo que está tomando el país actualmente.