Alberto Fernández

En un país convulsionado, con más de la mitad de la población bajo la línea de la pobreza y casi su totalidad bajo el empleo informal, Alberto Fernández sigue encontrando cuanta forma rimbombante de referirse al problema económico de la Argentina.

Primero fue la famosa «guerra contra la inflación», expresión que llegó justo en medio de un conflicto bélico en Europa y que levantó toda clase de cuestionamientos por parte de propios y ajenos.

Y ahora vienen los «diablos». Se ve que al final el problema de la inflación en la Argentina es asunto bíblico. (Iglesia y Estado, asuntos… ¿Separados?)

¿Qué?

En el marco de una entrevista para la Televisión Pública, el Presidente de la Nación habló sobre varios asuntos, entre los que se encuentran las adversidades que atraviesa el país desde el plano económico y la siempre presente interna dentro del oficialismo.

Los entrevistadores le preguntaron si él estaba intentando «quedar bien con dios y con el diablo», a lo cual respondió lo siguiente:

«Hay diablos que aumentan los precios y hay que hacerlos entrar en razón.»

Alberto Fernández – Presidente de la Nación

Este es un clásico ejemplo -nos atrevemos incluso a decir que quedaría bien en futuros libros de historia del secundario- de una frase que se lee mal con y sin contexto.

¿Quiénes son los «diablos» en cuestión? Uno sólo puede suponer que quiso enganchar el concepto de «dios y el diablo», aunque malió sal.

Algunos opinólogos -sin distinción de partido- mencionaron que quizás se refirió a aquellos sectores que especulan con los precios, y que poco aportan a la economía nacional. Quizás sí, quizás no. Cualquier ciudadano podría afirmar que el ejercicio de entender al Presidente resulta cada vez más dificil.

En tanto, otros sostuvieron -algunos incluso con justa razón- que el problema de la inflación no es de un par de «diablos», sino de ciertos individuos. Algunos de estos incluso que forman parte del mismo Ejecutivo.

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¿Entonces acaso Fernández está fingiendo demencia y hace como si la culpa de la inflación fuese de alguna entidad bíblica? Esa es una excelente pregunta pero no tenemos la respuesta.

La realidad, en tanto, indica que los salarios siguen desplomándose en relación a los precios. Hoy en día salir a la Peatonal o a Nueva Córdoba a ver vidrieras es un ejercicio en la frustración e incluso puede representar un peligro para algunos grupos de riesgo.

(Sin mencionar el precio de la Canasta Básica que dentro de poco alcanzará la estratósfera, al igual que los combustibles, los alquileres, etcétera.)

Bueno, nos calmamos. ¿Qué era eso de una interna?

¿Se quiebra ese frente o no?

Al ser consultado sobre la ya famosa interna del Frente de Todos, Fernández aseguró de que es todo una ficción y que dentro de la coalición oficialista abundan la felicidad y las sonrisas.

Respecto de los cuestionamientos puertas adentro sobre el acuerdo con el FMI, el Presidente declaró lo siguiente:

«[El acuerdo] Está terminado (…) Cuando dicen que fui blando, no hubo nada blando (…).

No hice nada heróico, hice lo que tenía que hacer como negociador. A mí me votaron para gobernar.»

Esta aseveración se suma a la ya larga lista de severas aseveraciones del primer mandatario respecto a su relación con el Frente de Todos y más particularmente aquellos sectores más allegados a la figura de la Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

En cualquier caso, esta actitud de «pero el presidente soy yo» siembra una imagen muy distinta a la que estaría intentando mostrar el resto del Gobierno Nacional por medio de sus voceros y ministros.