Conejos

Existe una isla en Japón habitada por infinidad de adorables conejos cuyo pasado guarda un triste y oscuro secreto.

Okunoshima es una pequeña isla japonesa cuya población está integrada por conejos.

Aunque parece un lugar de ensueño, su pasado no lo es tanto.

Ubicada al sureste de Japón, la isla jugó un papel preponderante durante la Segunda Guerra Mundial.

Fue en 1904 el último registro que ubica a tres familias de pescadores que vivían en el lugar.

Para 1925, Okunoshima se convirtió en una fábrica militar secreta. Ahí se creaban cargamentos impresionantes de gas mostaza y lacrimógeno.

Las armas químicas fueron creadas para la guerra y los conejos entraron en escena como parte de las pruebas.

Una vez finalizado el conflicto bélico y desmantelada la fábrica, los conejos fueron liberados.

Aunque las autoridades afirman que los animales que habitan actualmente no tienen nada que ver con las pruebas químicas.

A pesar de todo, los conejos se reproducen de manera libre por toda la isla. Es por eso que se le conoce como «Usagi shima», isla de conejos.

En la actualidad, Okunoshima cuenta con un hotel y una gran cancha de golf.

También se construyó un museo que recuerda y advierte los peligros de las armas químicas.

Los conejos deambulan entre los turistas a los que se les permite acariciarlos.

Otro de los atractivos es el espacio destinado para caminatas o para acampar al aire libre.

Por razones obvias, se prohíbe el ingreso de perros y gatos a la isla.