Si sientes que el estrés te mata y tu única alternativa para frenarlo es comer, consultar a un medidor de hambre es la solución.

Consecuencia de la pandemia, pasamos una buena parte de nuestras vidas encerrados entre cuatro paredes.

Para lidiar con el estrés que produce tener que acostumbrarse a la nueva normalidad, experimentamos un sinfín de alternativas.

Algunos optan por hacer ejercicio, aprender idiomas, ver películas o simplemente ver la vida pasar por la ventana.

Otros tantos ven en la comida una alternativa para lidiar con la carga emocional del encierro.

Todos, sin importar la edad, sexo o preferencia de cualquier tipo, vivimos un estado de excepción.

Nuestras vidas cambiaron de manera radical y de acuerdo a los indicadores mundiales, la situación va para largo.

Es por eso que aceptar el cambio es una de las mejores alternativas para frenar el shock que genera la incertidumbre del futuro.

Pero lidiar con el estrés y las ansias de comer para frenarlo no es poca cosa.

Ahí entra el medidor de hambre, una herramienta útil al momento de crear distancia entre la persona y la heladera.

Hacer una pausa para ubicar el hambre dentro del medidor nos remite a la consciencia de nuestras acciones.

Una vez creado el espacio, entonces estamos en mejores condiciones para distinguir entre un impulso y la verdadera necesidad de comer.

Del uno al 10, cada número equivale a un nivel de hambre que detallamos a continuación:

1 Nivel de hambre extremo: la persona está de mal humor, mareado y con bajos niveles de azúcar en sangre.

2 Hambriento: con ruidos en la panza incluidos.

3 Hambre moderada: posible de manejar.

4 Espacio para un bocadillo: no tienes hambre pero puedes aceptar un bocadillo extra.

5 Sin hambre: el momento justo después de la comida.

6 Panza feliz: el estómago está en una fase en la que no está demasiado lleno.

7 Papilas gustativas en paz: sin interés por probar algo.

8 Camino hacia la plenitud: anclado por la comida del momento

9 Repleto: tanto como en las fiestas de fin de año.

10 A punto de explotar: por lo menos un botón de la camisa

Huerta urbana