Otoño

Compartimos «Noviembre«, un poema de Luis Martín Quiñones que abre la puerta a la imaginación y a las emociones.

Las estrofas remiten a postales de una parte del planeta en dónde el clima contrasta y conmueve.

Noviembre

Me gusta noviembre

y cómo su aire fresco

nos acerca al invierno.

Sus hojas derramadas,

que acarician nuestros pasos

y el viento en su vuelo:

árboles ha dejado desiertos.

Susurra suaves canciones

que se pierden

en un paisaje acre,

yerto,

seco.

Me gusta noviembre.

Su neblina de nostalgias:

leguas de tiempo.

Distancias. Recuerdos.

Seguir los pasos de acequias,

de silencios,

de silencios viejos

que a sorbos bebimos, sí,

y sin darnos cuenta:

Dejamos el eco dormido

De la inicua vida.

Me alegra el milagro

de esperar las almas,

a nuestras almas

que retornan fugaces,

a regalarnos la esperanza

de un mundo eterno.

Nuestros muertos

nobles y fieles

interrumpen su viaje

para darnos un sorbo:

el abrazo frío,

que enciende la luz

de nuestra soledad.

La esperanza se ilumina

en una mañana otoñal:

lluvia, gotas de ilusión.

Nostalgia perdida de

interrogantes amores

que nunca llegaron.

De dudas esquivas que

arrinconaron

secretas pasiones.

El sueño, muerte breve,

nos lleva al pasado, al instante,

que sólo una vez puedes beber,

a fugaces y esquivas nostalgias.

Oportunidad divina: ver aquella

sonrisa unívoca,

una mirada: la luz del amor,

unas manos viejas,

cansadas por el trasiego:

retrato sempiterno: caricia del tiempo.

Sentir la última caricia materna

en tus manos;

el calor sin condiciones,

y el hálito de vida que dejó

en sus cansados brazos.

Me gusta noviembre.

Escuchar aquella voz,

sin resabio y desencanto;

escuchar los ladridos:

dulce ruido de un fiel amigo.

Degustar melodías, beber fantasías,

del tiempo,

la lluvia,

que en cada otoño

como en la vida:

retornan los pasos,

la senda donde abrevas

nostalgias dormidas.

En la mañana otoñal, umbría brecha:

incógnito destino,

torrentes de hojas,

ríos de memorias;

las hojas que el viento

que el viento

en un grito

el secreto murmulla:

“Te gusta noviembre,

los ecos, las sombras de amores

la tarde y un cielo,

pálpitos y estruendos

que la nostalgia ignora;

y cuando llega el tiempo,

este tiempo de pálidos cielos,

abrazas el húmedo cierzo

y añoras las horas

del cercano invierno”.