basura en París

París se transformó en una montaña de basura como rechazo a la reforma de las pensiones impulsadas por Macron.

En la octava jornada de manifestaciones, la ciudad de París cambió su tradicional encanto por un basurero.

Un total de siete mil toneladas de residuos inundan las calles, amenazando la salud de los pobladores.

La reforma al sistema previsional impuesto por Emmanuel Macron encontró un muro de contención respaldado por los sindicatos.

A la huelga declarada por los trabajadores se sumó el sindicato que nuclea a los recolectores de basura.

La versión final del proyecto que aumenta la edad mínima jubilatoria de los 62 a los 64 años se acordará hoy.

A puertas cerradas, se espera que la reunión en donde participan siete diputados y siete senadores transcurra sin mayores inconvenientes.

Sin embargo, la historia en las calles se desarrolla a otro ritmo y bajo los reclamos de masivas protestas.

Mientras Macrón endurece su postura, los sindicatos fortalecen la simpatía de los ciudadanos que se oponen a la medida.

Para resolver el problema puntual de la basura, el gobierno recurre a las empresas privadas que se dedican a la recolección.

Los empleados de dichas empresas reciben comida y alojamiento gratis mientras dure la contingencia en París.

Pese a que el proyecto de reforma alcanzó la instancia de la recta final, el conflicto en las calles recién empieza.

La famosa «Liberté, egalité, fraternité» se transformó en una frase que en Francia no encuentra el significado.