La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos atacó el campamento de un grupo humanitario que se dedica a brindar ayuda a inmigrantes.

Siguiendo un patrón de criminalización que ha crecido bajo el gobierno del presidente Donald Trump, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos allanó un campamento de un grupo humanitario que brinda ayuda a inmigrantes.

Los agentes detuvieron el lunes a 12 inmigrantes y siete voluntarios en el campamento de la organización humanitaria No Más Muertes, ubicado en Arizona, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, en lo que representa la segunda redada desde mediados de año. Los voluntarios fueron liberados sin cargos.

El allanamiento se produce luego de dos juicios que el gobierno federal ha incoado contra Scott Warren, voluntario de No Más Muertes que finalmente fue absuelto de una acusación de refugiar inmigrantes.

No Más Muertes es un grupo religioso que se formó en 2004 en respuesta al alto número de migrantes que fallecían al cruzar el desierto de Sonora para entrar en Estados Unidos.

Un drástico aumento en la presencia de las autoridades y en las tácticas de disuasión que comenzó a mediados de la década de 1990, junto con un número cada vez más bajo de opciones para migrar de manera legal a Estados Unidos, provocaron que decenas de miles de personas fallecieran al tratar de cruzar por zonas desérticas y con temperaturas peligrosamente altas donde era menos probable que fueran detectados.

Campamentos de ayuda

El grupo tiene dos campamentos de ayuda en Arizona, y los voluntarios dejan bidones de agua y conducen operativos de búsqueda, rescate o recuperación en el desierto.

Su trabajo y el de otras organizaciones humanitarias en todo el mundo se ha visto cada vez más atacado a medida que las posturas nacionalistas y xenófobas se vuelven más frecuentes, de acuerdo con expertos.

Incluso después de años de coexistir con la Patrulla Fronteriza de forma mayormente pacífica, No Más Muertes ha visto sus bidones de agua ser destruidos por los agentes fronterizos, y varios de sus voluntarios han enfrentado cargos federales.

Así, la Patrulla Fronteriza también ejecutó una orden de registro en el campamento cerca de Arivaca, Arizona, el 31 de julio.

Paige Corich-Kleim, voluntaria que estuvo presente el lunes, dijo que los agentes destruyeron gran parte de la infraestructura del campamento, incluida la ventana de una oficina cerrada y unos platos.

Un helicóptero que volaba a una baja altura también provocó que varias carpas salieran volando, y un cobertizo de almacenamiento fue destrozado, comentó Corich-Kleim. Describió la redada como “violenta”.

Fuente: apnews.com

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