Pekin

Tras seis meses de aparente calma, las muertes en Pekin a consecuencia del Covid-19 reviven al fantasma de la pandemia.

Desde el sábado, tres nuevas muertes se suman a las estadísticas reportadas por el sistema de salud de Pekin, capital de China.

China vive un momento angustiante tras el aumento de contagios en distintos puntos del país.

Por los últimos decesos, el gobierno decretó el confinamiento de 21 millones de personas y el regreso a los hisopados masivos.

La política del gigante asiático desde que arrancó la pandemia es la de alcanzar la meta de los cero casos.

Mientras eso sucede, el esfuerzo que tanto el gobierno como la sociedad realizan es enorme y costoso.

En Pekin, tanto las escuelas como los negocios deberán permanecer cerrados hasta que el virus deje de circular.

Contrario a lo que sucede en una buena parte del mundo, la mayoría de los ciudadanos chinos acata las ordenes a raja tabla.

El país tiene una larga tradición de eventos desafortunados que han templado el carácter de los pobladores.

Para los chinos, las enfermedades son enemigos verdaderos a los que la fuerza en común pueden derrotar.

En en caso de la pandemia, el covid se incorpora a extensa lista de pestes que los orientales han enfrentado.

Las estadísticas de este domingo reportaron 24.730 nuevos contagios, una cifra que parece mínima cuando se trata de China.

Sin embargo, el gobierno entiende que cada contagio tiene la capacidad de multiplicarse y de convertirse en una verdadera amenaza.

Para colmo de males, la aparición de nuevas variantes complican cualquier escenario proyectado por las autoridades.