Existen distintas razones por las que nuestro amor por los superhéroes permanece intacto con el pasar de los años.
Los superhéroes son personajes que tienen la particularidad de realizar acciones fantásticas.
Si hacemos memoria, encontramos la imagen de algunos de ellos en distintos momentos de nuestras vidas.
La fascinación por estos personajes inicia en la niñez y a partir de ahí puede menguar pero jamás desaparecer.
Todos recodamos algún cómic, historieta, película o relato que destaca algún ser heroico.
Desde los clásicos de Marvel, pasando por creaciones latinoamericanas de vanguardia, hasta la modernidad, el concepto es el mismo.
Encontramos en estos personajes los poderes sobrehumanos que desearíamos tener.
Amamos la forma en que se toma el control de las situaciones caóticas de la vida.
Cuando somos pequeños, estos ídolos nos ayudan a ser optimistas respecto al futuro. Creemos que podemos salvar al mundo o que alguien mayor lo hará.
Conforme la vida pasa, vemos en los héroes la fortaleza y el equilibrio que anhelamos.
Algunos estudios indican que en dichos personajes se reflejan también aspectos oscuros de la personalidad humana.
También hay quienes afirman que las reacciones violentas son esperables en quienes aman a los superhéroes.
Si analizamos los perfiles de los héroes más famosos podemos descubrir rasgos bipolares y narcicistas.
En fin, amamos a los personajes que pueden vencer las adversidades y que tienen ese don celestial que nos gustaría tener.
