Los enormes barcos fantasmas que bordean las costas del Reino Unido se han convertido en la atracción turística del momento.

Considerados por mucho tiempo basura, los barcos fantasmas recobran protagonismo en Reino Unido.

Pensemos que dentro de los barcos mencionados se encuentran cruceros que tras la pandemia han quedado en desuso.

Son tiempos de reconversión en el mundo de los negocios y en el caso de los cruceros existe una veta a explorar.

Se trata de los cruceros olvidados, mal llamado «fantasmas», que ahora son el atractivo para los turistas.

Las embarcaciones del Canal de la mancha son el claro ejemplo de este nuevo negocio.

Desde la costa del suroeste del Canal de la Mancha, enormes cruceros vacíos atraen las miradas de los vacacionistas.

Al ser barcos fantasma, las naves despiertan una leve sensación espeluznante en algunas personas.

Mientras que en otras ocurre todo un efecto inverso de atracción inevitable.

Paul Derham es quien supo explotar el potencial turístico y atractivo de los cruceros.

A bordo de un pequeño ferri, Paul conecta a los turistas con cada uno de los barcos.

Los recorridos duran cerca de tres horas y en el trayecto, los pasajeros escuchan las historias relatadas por Derham.

A fin de respetar las medidas de distanciamiento social, el cupo en el ferri es de 30 pasajeros por viaje.

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