El Frente de Todos vuelve a mostrar claros signos de que vive atravesado por una gran fractura cuyo cierre pareciera estar cada vez más lejos de propiciarse. En esta ocasión, la «grieta» se abrió unos centímetros más tras las declaraciones del ministro de Economía, Martín Guzmán.
En declaraciones a la prensa, el titular de la cartera económica nacional aseguró que mantiene un «compromiso firme» con el programa económico del Ejecutivo Nacional, al mismo tiempo que mencionó que el crecimiento sostenido del país sólo podrá darse en la medida en que exista un «esquema consistente».
También dijo una frase que empezó a retumbar en todos lados últimamente: Que el salario de los argentinos debe crecer.
Sobre esa línea, también hizo mención de algunos números:
«La producción creció más del 10%, se crearon casi 1.200.000 puestos de trabajo (…) la tasa del desempleo bajó del 13% en 2020 a 7%.
El país está dando pasos muy importantes.»
Martín Guzmán – Ministro de Economía de la Nación
En ese sentido, remarcó que si bien le daba la bienvenida al «debate de ideas» generado por la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, él continuaría el rumbo ya sentado por el Presidente Alberto Fernández en materia económica.
Ahora bien, aquí hacemos la siguiente pregunta: En un país con alrededor de la mitad de su población bajo la pobreza, aumentos insostenibles y gran parte de los trabajadores bajo la informalidad, ¿no resulta un poco irrelevante la interna del Frente de Todos? ¿Acaso el Ejecutivo Nacional no debería estar trabajando en allanar sus diferencias y trabajar en conjunto hacia un proyecto verdaderamente superador?
Mientras que el Gobierno dirime su interna y Juntos por el Cambio también se prende fuego por parte propia, el salario argentino continúa siendo de los más bajos de la región. Consecuentemente, mientras que los actuales inquilinos de la Casa Rosada hacen caso omiso a la realidad efectiva, los discursos de ciertas expresiones políticas extremistas -y antidemocráticas- empiezan a cobrar fuerza.