Con la llegada de la pandemia también apareció el tecnoestrés, un padecimiento bastante común en nuestros días.
Desde que apareció la pandemia, los seres humanos experimentamos cambios en nuestra forma de relacionarnos.
En algunas partes del mundo, los contagios por coronavirus se cuentan por cientos de miles.
Para evitar la propagación del virus, el distanciamiento social es la primer medida recomendada.
El aislamiento se ha convertido en una de las opciones para soportar los embates del virus.
Sin embargo, el motor de la economía exige movilidad y actividad de la fuerza laboral.
Es ahí cuando aparece el teletrabajo, una opción viable para que algunas empresas sigan trabajando.
Una persona que normalmente trabajaba dentro de una oficina o de un salón de clases puede hacerlo desde su casa.
Pero lo que en un principio parece comodidad extrema, la realidad indica que es todo lo contrario.
Después experimentar el trabajo en casa, los empleados enfrentan los problemas típicos de tecnoestrés.
Por un lado tenemos a una fracción de personas que no tienen los conocimientos necesarios en el manejo de las tecnologías.
También se produce una dependencia total de las computadoras y de la telefonía móvil.
En suma, el empleado siente que aún dentro de casa trabaja todo el tiempo.
Se produce así una desconexión entre las exigencias laborales y las habilidades tecnológicas del empleado en cuestión.
Las personas que padecen tecnoestrés suelen presentar los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza
- Cansancio
- Temor
- Ansiedad
- Aburrimiento
- Tristeza
- Dolor muscular
- Fatiga mental y física
