Existe un objeto indispensable para la vida diaria y cuyos inicios los encontramos entre los barrotes de una aburrida cárcel.

Pensá por un segundo si podés imaginar tu vida sin lavarte los dientes.

La respuesta ya la sabemos y es así gracias a la utilidad que tiene el cepillo de dientes como objeto indispensable en nuestras vidas.

Hay quienes incluso relatan que han caminado kilómetros enteros para conseguir el vital artículo.

Su inventor es William Addis, un preso que en sus ratos de ocio creó el primer cepillo dental.

Por supuesto que antes de él existieron otras aproximaciones a la higiene dental.

Tenemos por ejemplo las recomendaciones que realizaban los médicos romanos para combatir las caries.

A los romanos se les atribuye también el uso de la pasta dental elaborada, entre otras cosas, con piedra pómez.

También recurrían al uso de palillos y a la masticación de una planta llamada lentisco.

Cuando el problema lo ameritaba, las plumas de aves, excepto de buitres, se usaban como instrumentos para sacar la comida entre dientes.

Respecto al enjuague bucal, sus creadores son dos médicos ingleses: John Lister y Joseph Lawrens.

El enjuague contenía fenol y entre los usos encontramos:

  • Tratamientos contra la gonorrea.
  • Combatir los hongos de los pies.
  • Limpiar los pisos.

Esa misma receta fue la derivó en lo que hoy conocemos como Listerine, famosa en el mundo entero.

Dron