Una nota de disculpa que suena a insulto que dejó puso en evidencia el alto nivel de intolerancia que se vive en Córdoba.
Tras una discusión de tránsito, una mujer intentó disculparse pero terminó empeorando la situación.
Los hechos ocurrieron en la puerta de la escuela Escuti de Córdoba y causa revuelo porque describe la manera en que nos comportamos.
El conflicto comienza en el momento justo en que los padres llegan a un colegio para dejar a los hijos.
En la vereda existe un espacio reservado para personas con discapacidad por lo que el padre intentó estacionar.
Como es costumbre, el espacio estaba ocupado por otro auto que no debería ocupar el espacio. Al respecto, el padre explicó:
“Es un lugar para un solo auto que casi siempre está ocupado por otros padres que no respetan la señal y el espacio destinado para quienes lo necesitan”.
Pese a ello, intentó estacionar en el lugar y en el proceso tocó levemente el paragolpes del otro auto.
Como respuesta, la ocupante del auto en infracción estalló en furia, gritando y tocando bocina.
Cristian, el padre, intentó dialogar con la mujer pero solamente obtuvo una respuesta por escrito que empeoró todo.
“Mil disculpas por tocar bocina, no me di cuenta hasta que hablaste que eras un discapacitado mental. Bendiciones”.
La indignación y la tristeza de Cristian fue en aumento ya que demuestra la peor manera en que nos relacionamos los seres humanos.
Tal como lo describe Cristian, la nota suena a desprecio y utiliza el término «discapacidad mental» como insulto.
Además, incluir la palabra «Bendiciones» refleja el nivel de hipocresía social que utilizamos en la vida diaria.
Pese a estar señalizados, los espacios para discapacitados suelen estar ocupados por quienes no los necesitan.
Desde la escuela aseguran que se tomarán cartas en el asunto pero Cristian reclama un debate más amplio que concientice a las personas.
Hablar de discapacidad es un tema pendiente que nos compete a todos si es que en algún momento nos reconocemos humanos.