Paulo Filho Leminski fue uno de los mayores referentes de la literatura brasilera que arrancó en la década de los 80’s.
Sus obras son consideradas de vanguardia por el carácter minimalista y universal de su escritura.
Sin haber terminado la universidad, Leminski fue un artista completo que incursionó en distintos oficios.
Además de los poemas, escribió novelas y realizó traducciones de importantes obras. También se destacó cómo cantautor y profesor de historia.
Nació el 24 de agosto de 1944 en Paraná y falleció a la edad de 44 años en Brasil.
En sus declaraciones, Leminski se autodefinió como «portugués, negro e indio». Mientras que sus amigos lo consideraban como una personalidad salvaje y «un bandido que sabía latín».
Dentro de sus escritos se observa un refinado sentido del humor y cierta influencia oriental en la economía del lenguaje.
Como sugerencia, Paulo prefiere que sus poemas sean leídos en voz alta y, en ciertos casos, recitarlos como una verdadera melodía.
Compartimos uno de sus poemas que coquetean con el minimalismo japonés que tantas veces practicó.
EL SILENCIO DE BUDA
el cristianismo nació
de las palabras de Jesús
el zen nació
de un silencio de Buda
un día el iluminado
en lugar del sermón
presentó a los discípulos
una flor
sin decir nada
un solo discípulo entendió
mahakasyapa
primer maestro zen
la doctrina de la meditación silenciosa
de la concentración relajada
de la danza no danzada
de la voz sin voz
de la iluminación súbita
de la luz interior
de la superación dialéctica de los contrarios
en la vida diaria