Poema

En homenaje a los que pagan con su vida una deuda que otros contraen, compartimos este «Cancionero y romancero de ausencias».

Miguel Hernández Gilabert, poeta español que analizó y vivió de cerca la Guerra Civil, cuenta con una serie de obras referidal tema.

Nacido en Orihuela, Hernández decide trasladarse a Madrid para continuar con su amor por las letras.

Durante la Guerra Civil, toma parte activa del movimiento poético de la época.

Mientras buscaba asilo en Portugal, Hernández fue capturado en la frontera y sentenciado a pena de muerte.

La condena se transformó en 30 años de prisión pero la tuberculosis ganó la pulseada y lo arrebató el 28 de marzo de 1942.

Murió en prisión pero su legado quedó impreso en la memoria de las generaciones venideras.

Entre ellas se puede recordar: «Canción última», «Sentado sobre los muertos», «Tristes guerras», entre otras.

Bajo el anhelo de que todas las vidas tengan el peso que la dignidad humana nos concede, va este cancionero.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

Por las calles voy dejando

algo que voy recogiendo:

pedazos de vida mía

venidos desde muy lejos

Voy alado a la agonía

arrastrándome me veo

en el umbral, en el fundo

latente de nacimiento