Finlandia se convirtió en el primer país creador de la primera batería de madera en el mundo que ofrece ventajas económicas y funcionales.
La carrera contra el cambio climático despertó el interés de la ciencia de buscar energías amigables con el medio ambiente.
Desde que los seres humanos somos conscientes de que la energía mueve al mundo, el camino para conseguir fuentes de suministro inagotable se alarga todos los días.
En la actualidad, el litio promete satisfacer la demanda de energías en el rubro automotriz. Bolivia, Chile y Argentina son los tres países sudamericanos que contienen la mayor reserva de litio, liderando el podio comercial en el rubro.
Aunque las promesa del litio parece cumplir las expectativas, el costo para obtenerlo es altamente contaminante.
Para extraer el litio, las mineras utilizan una cantidad enorme de agua, elemento indispensable para la vida. En consecuencia, para obtener litio debemos aceptar un árido futuro con aguas contaminadas de metales pesados.
Así, la creación de energías libres de contaminación roza, en buena parte de los proyectos, los peligrosos límites de la mitología.
Sin embargo, Finlandia se aventuró en el desafío que plantean las denominadas tecnologías verdes.
Como ejemplo, distintos grupos de científicos empezaron a crear proyectos que intentan producir energía limpia.
Después de la novedosa batería de arena que almacena y distribuye calor presentado en 2022, otra empresa lanzó una iniciativa que utiliza el material biológico de la madera para crear una batería.
La empresa Storaenso propone sustituir el grafito que utilizan las baterías de litio por el carbón de lignina que se obtiene de la madera de los árboles.
Aunque la propuesta no elimina el contaminante proceso de la obtención del litio, disminuye la huella de carbono.
El carbón a base de lignina demostró beneficios técnicos y económicos que superan a los reportados por el grafito.
Una de las ventajas del carbono de lignina es que mejora la conducción de energía y el rendimiento de las baterías.
