Los niños verdes de Woolpit es uno de los tantos misterios que, pese al avance de la ciencia, aún no tiene explicación.
En el siglo XXII ocurrió un hecho que despertó numerosas leyendas entre los pobladores de un pequeño poblado inglés.
Woolpit es el nombre de la ciudad en donde aparecieron dos menores de edad de extraña apariencia.
Según cuentan los relatos, en uno de los pozos trampa construidos por los aldeanos se encontró a los pequeños.
El niño y la niña se encontraban agazapados en la fosa, asustados y visiblemente desorientados.
Ambos hablaban una lengua desconocida, estaban desnutridos y su piel era de un color verde como el de las aceitunas.
Aunque sus rasgos eran humanos, se resistieron a mantener contacto con los pobladores y a probar alimento alguno.
Conforme pasó el tiempo, se animaron a comer y tras aprender el idioma pudieron relatar lo sucedido.
De acuerdo la versión que contaron, procedían de un lugar intraterreno conocido como San Martín en donde todos tenían el mismo color de piel.
En el relato, los pequeños explicaron que estaban cuidando el rebaño del padre cuando ingresaron a una cueva que los transportó al pozo donde los encontraron.
Previo a la teletransportación, los menores escucharon un fuerte estruendo que algunos comparan con las campanadas de una iglesia.
En los registros históricos se reporta la muerte del pequeño mientras que la sobreviviente creció sin mayores problemas. Ella fue bautizada como Agnes y el color de su piel cambió con el pasar de los días.
Respecto a las explicaciones de lo que pasó, podemos encontrar distintas teorías que hablan de cuestiones físicas y paranormales.
Sin embargo, la realidad es que el caso de los niños verdes de Woolpit continúa siendo un enigma que se convirtió en leyenda.