A grito de ¡cuidado, es un leopardo!, un grupo de personas que paseaban por un parque en México pidieron ayuda desesperada.

Al lugar acudió personal de un grupo de proteccionistas que se llevaron la sorpresa de su vida.

El leopardo que se supone atraparían era nada más y nada menos que un gato enorme.

Atemorizado entre los bancos de la plaza, el gato miraba expectante a sus rescatistas.

El hecho ocurrió en Tampico, una ciudad que se ubica en el noroeste de México.

Nuestro amigo gatuno, identificado como un leopardo tiene nombre.

Se llama Andrés, tiene 8 años y le faltan algunos dientes.

Después de revisarlo, los proteccionistas lo bautizaron no sin antes esterilizarlo.

Los rescatistas afirman que es fácil confundir a este tipo de felinos con un leopardo ya que pertenecen a una raza que los emparenta.

Andrés es de raza bengalí, mezcla de gato leopardo asiático con uno de tipo doméstico.

Los gatos bengalí tienen patas largas, ojos almendrados y un maullido que se parece a un arrullo.

Tienen predilección por el agua y hay quienes afirman que presentan algunos desordenes mentales.

En fin, cada vez que te parezca ver un lindo gatito, asegúrate de corroborar que no sea Andrés que regresó a las andadas.

Gato