cactus

Un cactus que camina, puede vivir 100 años y sacrifica una parte de su estructura para que otra de ellas crezca, está por desaparecer.

La chirinola es una cactácea que tiene la particularidad de morir en un lugar distinto al donde nace.

Su nombre científico es Strenocenus Eruca y se conoce vulgarmente como cactus oruga por arrastrarse en el suelo.

Crece en los lugares desérticos e ingresó a la lista de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).

Esta planta puede medir hasta tres metros de largo y crece de manera rastrera, alimentándose del suelo y de ella misma. La parte exterior de los cactus oruga está protegida por largas espinas de color platinado.

Para trasladarse, una parte de la chirinola muere para alimentar a la nueva y dar lugar después a una rara flor que pocos logran ver.

La floración se produce en la noche, es de color crema y deriva en un fruto de color rojo intenso parecido a una tuna.

Por sus particulares características, la especie es víctima de contrabandistas que la venden en el mercado negro.

Un coleccionista puede llegar a pagar hasta cinco mil dólares por una planta de chirinola.

La deforestación de los bosques de cactus es un problema que provoca un desequilibrio en la naturaleza. Cada especie que crece en los desiertos cumple una función importante. En las zonas áridas viven también animales y plantas que conviven en armonía.

Somos los seres humanos quienes tenemos el deber de respetar los sistemas de convivencia del planeta.