Con la llegada del otoño, las habas y las arvejas lideran la lista de siembra que no puede faltar en toda huerta.
En el hemisferio sur, mayo es el mes ideal para diseñar el tipo de huerta que disfrutaremos durante la temporada otoño- invierno.
Para esta fecha, los tomates están en plena decadencia, al igual que los zapallos y verduras que prefieren los calores de verano.
Mayo es propicio para la siembra directa de habas y arvejas, dos legumbres que aportan nutrientes a la tierra y a nuestro cuerpo.
Si tenés oportunidad, una buena idea es germinar un mes antes las semillas de habas y arvejas en almácigos que posteriormente se irán a la tierra.
Una de las ventajas de cultivar bloques generosos de habas en nuestra huerta es que sus raíces aportan nitrógeno a la tierra. También repara los sectores desgastados por cultivos exigentes como los tomates.
Tanto las arvejas como las habas aportan proteínas y vitaminas a nuestro cuerpo, además de fibras que regula el aparato digestivo. Además, las flores de ambas pintan de blanco y tonalidades rosadas las camas de cultivo.
Por esos motivos y muchos otros más, siembra legumbres durante la época de frío. En el caso puntual de las habas, el sabor de las hojas es delicioso y sirven para complementar una rica ensalada. También puedes comer las flores y hacer una rica sopa con las vainas tiernas.
Recordá que en la huerta, sea grande, chica, urbana o rural, debe contener variedad de plantas. También es importante incluir flores y aromáticas que alimentan y regulan a los insectos.
Si estás por empezar una huerta, revisa la siguiente lista de las verduras que podés sembrar en esta época:
Acelga
Achicoria
Arvejas
Brócoli
Cebolla
Escarola
Espinaca
Habas
Lechuga
Perejil
Puerro
Rabanito
Remolacha
Rúcula
Zanahorias
Otro detalle a tener en cuenta, respecto al incremento de la productividad, es el tema de las asociaciones.
Aunque la teoría afirma que algunas plantas se benefician con la distancia que mantienen unas de otras. En el caso de las arvejas y habas, crecen bien junto a las zanahorias, repollos, cebollas, espinacas.
En ocasiones, la naturaleza crea reglas contrarias a lo que se supone es la norma. Es por eso que para un mismo problema dentro de la huerta existen tantas respuestas como huerteros viven en ella.
Desde nuestra humilde opinión te aconsejamos cultivar siempre, ya sean arvejas, habas o lo que te guste comer o admirar; observar y documentar en un diario los aciertos y errores; así como no desanimarse cuando parezca que vamos directo al fracaso.
Si lo tuyo es el placer simple de la contemplación y el disfrute de la observar el ciclo de la vida, te recomendamos construir hoteles de insectos, armar pilas de compost y animarte a la lombricultura.