Japón

Para sorpresa de algunos, Japón perdió el tercer puesto del ranking de las economías más fuertes del mundo. A partir de ahora, Alemania ocupa el lugar que ocupó Japón dentro de la economía mundial.

El PIB del país del sol naciente cayó por segundo trimestre consecutivo, provocando una avalancha de reacciones. Tras entrar en una virtual recesión técnica, Japón atraviesa las críticas, tanto a favor como en contra, de los analistas.

En los análisis de quienes intentan explicar la situación, sobresalen tres indicadores que se repiten:

  • La devaluación del yen frente al dólar
  • La caída del consumo
  • El envejecimiento de la población

Con una moneda débil, una población que prefiere ahorrar en lugar de consumir y una tasa de natalidad por los suelos, el escenario se muestra complejo.

Desde hace varios años, el gobierno nipón puso manos a la obra para incentivar a los jóvenes a tener hijos. Sin embargo, las estadísticas indican que el número de adultos mayores supera por mucho a la que está en edad de trabajar.

Más allá de las cuestiones culturales de base, la juventud japonesa sigue la misma tendencia que se observa en otros países del mundo.

Son cada vez más los jóvenes que postergar la decisión de casarse o tener hijos. Incluso hay quienes ni siquiera consideran alguna de esas posibilidades.

Bajo esa premisa, Japón lucha por revertir lo que parece ser un problema complejo. La esperanza del gobierno asiático para resolver el problema está puesta en los resabios de los cimientos culturales que aún perduran.