Bebé

Los indices de natalidad en el mundo están en record mínimos históricos y con una tendencia irreversible a la baja.

La contracción de la tasa de la natalidad se ha convertido en un fenómeno mundial que preocupa a los gobiernos del mundo.

De acuerdo a las estadísticas, los jóvenes son cada vez menos mientras que la población envejece.

Tanto China como India, dos de los países más poblados del mundo, la crisis de natalidad progresa con el pasar de los años.

Desde un tiempo a la fecha, una buena parte de los jóvenes del planeta excluyeron la idea de tener hijos.

Casarse y tener hijos dejó de ser la fantasía de las nuevas generaciones. Así lo demuestran investigaciones recientes.

Un estudio del índice de natalidad en el mundo arrojó que entre 1960 y 2020, los nacimientos se redujeron a la mitad.

La muestra más clara la tenemos en el continente asiático en donde las proyecciones sobre el tema preocupan.

En los países en donde se concentra la mayor cantidad de personas, la curva de natalidad cae en picada.

Que la población vieja supere a la nueva repercute de manera directa en la economía, especialmente en el empleo.

Con la disminución de la fuerza, la generación de empleo se transforma, generando menores rendimientos y jubilaciones extendidas.

Los efectos también se observan en las crisis de los presupuestos gubernamentales que se traducen en suba de impuestos.

En la búsqueda de una respuesta al fenómeno, los analistas se toparon con una verdadera paradoja. La raíz del problema se alimenta de los defectos del actual sistema económico.

Por la economía, los jóvenes entienden que formar una familia y criar hijos es imposible. Sin nuevas generaciones, la economía se retrae, creando escenarios hostiles.