robosexualidad

La robosexualidad sobrepasó el umbral de las parafilias para convertirse en la próxima revolución que vivirá la humanidad.

Hasta no hace mucho tiempo, las relaciones entre los robots y los seres humanos se consideraban un tema tabú.

Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial vino a trastocar las definiciones de lo que considerábamos como real.

Las máquinas empezaron a colonizar esa frontera difusa que divide la fantasía de la realidad.

Las historias que en pasado percibimos como ideas desquiciadas, hoy son posibilidades aceptadas.

El amor que un humano profesa por un robot no parece tan descabellado en estos tiempos.

Incluso hay estudiosos en la materia que anticipan un futuro inevitable en donde la diferencia entre los autómatas y las personas no existirá.

Ejemplos de esa realidad existen por cientos en las películas de ciencia ficción pero también en distintos países.

Podemos citar ejemplos de quienes incluso desean contraer matrimonio con su robot preferido.

La frontera del deseo, el amor, el sexo y de aquello que llamamos sentimientos parece ser el última desafío.

Esto es así porque los humanistas consideran que las máquinas jamás podrán emular la chispa divina que los seres vivos poseemos.

Sin embargo, existe un factor que ayuda o perjudica la situación, según con el cristal que se analice.

Estamos hablando del poder de la mente, la nuestra, para crear los escenarios deseados.

A la ecuación del escenario perfecto debe agregarse también la capacidad de la inteligencia artificial para complacer.