Matías Kulfas

Una vez más, el Gabinete del Gobierno Nacional vuelve a mostrarse débil ante los cimbronazos que el mismo produce. En esta ocasión, la salida del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, vuelve a reafirmar esta idea.

El reciente escándalo originado en las redes sociales de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien apuntó contra los dichos «en off» de Kulfas sobre la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, generó un revuelo tal que motivó un pedido de renuncia por parte de Alberto Fernández.

Ahora bien, independientemente de si los dichos fueron «en off» (tal y como lo afirma la Vicepresidenta) o «en on» (tal y como afirma Kulfas), la realidad indica que hay un -ahora ex- funcionario del Ejecutivo Nacional que apuntó contra su propia Vicepresidenta.

Según Kulfas, el llamado a licitación para la construcción del gasoducto fue hecho «a medida» para la empresa Techint, y llevada a cabo por funcionarios de la Secretaría de Energía de la Nación, los cuales responderían políticamente a Fernández de Kirchner.

Aparte de desnudar un presunto negocio fraudulento (sobre el cual la Justicia tendrá que dirimir durante los próximos 20 o 30 años), los dichos del ex funcionario también ahondan la ya establecida «grieta» hacia adentro del Gobierno Nacional.

Regresando a lo ocurrido post-on/off, Kulfas llegó a la Casa Rosada para extender su renuncia al Presidente, y de camino a la puerta de salida pasó por los despachos de Juan Manzur y Vilma Ibarra para despedirse.

Quizás uno de los puntos más alegres de la jornada fue la cálida despedida por parte de los trabajadores del Ministerio. En contraste, desconocemos qué tenor habrá adquirido el paso por las oficinas mencionadas en el párrafo anterior.

«Internismo del internismo»

Al encontrarse con algunos miembros de la prensa, el ministro saliente emitió unas escuetas palabras:

«Vine a darle un abrazo al presidente, a quien tengo un afecto personal y traerle la renuncia, es todo lo que tengo para decirles.»

Matías Kulfas – Ex ministro de Desarrollo Productivo de la Nación

Algo que sí se caracterizó por no ser nada espartana fue la carta que escribió poco después de irse. De 14 páginas de extensión, apuntó fuertemente contra la Vicepresidenta, los funcionarios del área de Energía e IEASA por la licitación.

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En la misiva, remarcó que el Ejecutivo Nacional perdió mucho tiempo en las negociaciones, teniendo en cuenta el contexto de desabastecimiento de gas que sufre la Argentina producto de su crisis y la guerra en el este de Europa.

Asimismo, lamentó que el «internismo exasperante» de la Secretaría causó pérdidas millonarias para el país en términos de importaciones.

«Estamos hablando de un potencial exportador de US$30.000 Millones. Una vez más los avances fueron lentos, signados por un iternismo exasperante dentro del propio equipo de la secretaría de Energía. Es decir, internismo dentro del internismo.

(…) se ha perdido tiempo muy valioso que nos cuesta millones en importaciones.»

Carta de Matías Kulfas sobre la licitación del gasoducto Néstor Kirchner

Derechito a la Justicia

Y como no podía ser de otra forma, ni bien estalló todo la oposición se puso en marcha. Posterior al posteo en redes de la Vicepresidenta, los diputados Waldo Wolff y Graciela Ocaña presentaron una denuncia en la Justicia relacionada a la presunta licitación fraudulenta.

Al unísono, el senador Alfredo Cornejo anunció que el interbloque de Juntos por el Cambio presentaría un proyecto de comunicación para que el Ejecutivo de explicaciones sobre los dichos de su ex ministro y al respecto de la licitación en cuestión.

Ya en el ámbito de la Justicia, el juez federal Daniel Rafecas citó hoy a Kulfas para que declare -en calidad de testigo- en el marco de la investigación abierta sobre el caso. A la declaratoria también se suma a Antonio Pronsato, quien estaba a cargo de la unidad ejecutora de la obra en ENARSA.

De esta forma, la Justicia ya se puso en marcha para entablar una nueva causa judicial que seguramente tardará años -quizás décadas- en resolverse.

¿Y esto a quién le sirve, exactamente? Una última reflexión

Habiendo dicho todo esto, queda una vez más instaurada y reafirmada la idea de que en el Gobierno Nacional abunda de todo menos la unidad. Con cada ministro que viene abandonando este barco a medio hundir, Alberto Fernández continúa sumando derrotas por todos los frentes, y de cara a un nuevo proceso electoral que está bastante lejos de darle algún buen resultado al Frente de Todos.

El título de esta nota en realidad está incompleto: La salida de Kulfas, aparte de ser poco triunfal, tampoco beneficia a nadie: No beneficia al Ejecutivo Nacional porque -aparte de sumarle una crisis más de legitimidad- supone un paro total en una obra que, dado el desabastecimiento, resulta de vital importancia para un país en ruinas; y tampoco beneficia a la oposición dado que solo demuestra que la habilidad de dichos sectores para denunciar surge a través de un impulso oportunista y no a través de la necesidad de encontrarle una solución a ese gran problema titulado «Argentina».