El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, retoma su agenda estratégica para retomar el rumbo de la economía.
Tras resolver los inconvenientes de salud, Lula decidió viajar al continente asiático hoy martes.
El objetivo de la visita es ubicar a Brasil de nuevo en el escenario internacional como socio.
Lula intentará también discutir ideas para lograr una propuesta de paz que termine la guerra entre Rusia y Ucrania.
Durante la gestión de Jair Bolsonaro, la economía de Brasil perdió una buena parte del reconocimiento mundial.
El mandato bolsonarista se caracterizó por el aislamiento y los fallidos intentos comerciales.
Como resultado de una pésima gestión de la pandemia, las finanzas del país cayeron de manera abrumadora.
La misma suerte corrieron las áreas de salud, cultura, educación y de protección social.
Fueron los sectores vulnerables quienes más sufrieron los resultados de la aplicación de políticas de corte empresarial.
En ese escenario, el nuevo gobierno diseño un plan cuya meta es retomar la senda virtuosa del crecimiento brasileño.
Sin embargo, las reglas del juego cambiaron y los países buscan nuevos aliados entre los países líderes.
Actualmente, China y Rusia disputan el control de la economía. Ambas naciones consolidaron, en tiempo record, un ritmo de crecimiento sostenido.
En tal situación, no es casual que el mundo vea con buenos ojos un acuerdo comercial con China.
Otro detalle que tampoco es menor tiene que ver con el uso de monedas propias y no en dólares.
