Soledad Acuña

Si bien la pandemia todavía no ha terminado (y con la aparición de la variante BA.2 pareciera que da para largo), pareciera que el mundo se encamina a «fingir demencia» y tratar al Covid-19 como una cosa del pasado a declararlo de forma unánime como una endemia, como a suerte de intentar forzar la ya famosa nueva normalidad.

Esta idea también cobró fuerza en el ámbito educativo, donde el regreso a las aulas ha sido discutido, analizado y sobreanalizado. Si bien la Argentina cuenta con un buen índice de personas vacunadas, la realidad indica que el Coronavirus sigue mutando y por ende las medidas de cuidado nunca están de más.

Aún así, surgen casos como el de la UNC, donde se anunció el regreso a la presencialidad sin pase sanitario, PCR negativo o distanciamiento social, situación que supondrá una serie de retos «interesantes» (ante la falta de otro término que lo pueda describir) en materia no sólo educativa sino que sanitaria.

Y ahora al debate también se ha sumado la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el Ministerio de Educación porteño anunció un regreso a las aulas sin ningún tipo de medida sanitaria.

La peligrosa vuelta a clases

Si bien en CABA la historia de la UNC se repite: No se pide el pase sanitario y tampoco habrá aforos, aunque en el caso de las escuelas porteñas, se suma la eliminación de las burbujas y el aislamiento por contacto estrecho.

A diferencia de provincias como Córdoba, donde la eliminación del aislamiento de contactos estrechos rige sólo para ciertas situaciones laborales, las instituciones educativas porteñas eliminarían por completo los criterios de aislamiento, exigiéndolo únicamente para los casos positivos.

Sobre esa misma línea, también se elimina el sistema de burbujas que garantizó cierta continuidad de la presencialidad en las aulas de una forma más segura durante el año pasado.

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La medida fue anunciada por el jefe de Gobierno Horacio Rodriguez Larreta, en conjunto con la titular de la cartera educativa, Soledad Acuña, ya conocida por sus destempladas declaraciones sobre el dictado de clases.

De acuerdo al anuncio, el Ciclo Lectivo 2022 estará marcado por el regreso a la presencialidad total, sin bimodalidad alguna, a raíz de la baja en la tasa de contagiosidad en CABA.

Dicho número, pasó de 1 a 0,84 en las últimas semanas, al mismo tiempo que se registró una reducción en la ocupación de camas de terapia intensiva.

Lo dejo a tu criterio

La jefatura de Gobierno anunció que los protocolos que hasta ahora se venían instrumentando en las aulas pasarán a ser meras recomendaciones, quedando su cumplimiento a criterio de los docentes y estudiantes.

Asimismo, y a diferencia de la gran mayoría del resto de las carteras educativas provinciales, en CABA no se incentivará la vacunación a menores, dejando la decisión a criterio de los padres.

Bajo la premisa de mantener cierto grado de normalidad y libertad, la vuelta a las aulas en la capital del país hace surgir toda clase de preguntas y cuestionamientos.

Si bien el país estaría empezando a transitar un amesetamiento de la tercera ola de contagios, hay una realidad muy presente, siendo esta que la pandemia todavía no ha terminado, incluso a casi tres años de su inicio.

Es totalmente respetable la idea de querer volver a tener clases presenciales, siendo este un recurso extremadamente importante para poder llevar a cabo un buen aprendizaje, aún así, esto no quiere decir que no se deba atender el costado sanitario y de repente deshacer por completo el trabajo emprendido por los trabajadores de la salud durante estos tiempos.