La escasez de agua en España empezó a convertirse en una tendencia creciente que preocupa a los gobiernos de todo el país.
España atraviesa un período crítico de sequía que tiende a crecer con el pasar de los años. De acuerdo a los reportes oficiales, los embalses que abastecen a la población están a la mitad de la capacidad.
Dado que la cifra es un promedio, algunos de los acuíferos están prácticamente secos.
Tal es el caso del embalse Sau que cuenta con tan solo el 5% de su capacidad total. Aunque la falta de agua no es nada nuevo, existe preocupación por el impacto devastador que tiene en los humanos.
La falta de agua se observa en todo el mundo y el continente europeo no es la excepción. En por eso que la comunidad europea empezó a destinar recursos en la búsqueda de soluciones efectivas al problema.
Los proyectos desarrollados hasta el momento en esta dirección se enfocan en el aprovechamiento máximo del vital elemento.
La desalinización, al igual que la potabilización de las aguas residuales son algunas de las propuestas creadas hasta el momento. Aunque los intenciones son prometedoras, la magnitud del problema excede cualquier intento.
Cómo ejemplo tenemos a la región de Cataluña de España donde la sequía desnuda la complejidad del problema.
En las urbes existe poca consciencia sobre la importancia del cuidado, aprovechamiento y distribución del agua. Al margen de trabajar la cuestión cultural, las ciudades como Cataluña necesitan sistemas efectivos de recolección de precipitaciones.
