El gobierno de China proyecta modificar la ley que sanciona a quienes utilicen ropa ofensiva para la nación.
Con multas de hasta 680 dólares y 15 días de prisión, China penalizará a quienes rompan los códigos de vestimenta.
Las autoridades de la República Popular China preparan una enmienda a una ley que prohíbe la ropa extravagante.
El nuevo proyecto incluye aquellas prendas u objetos que hieren los sentimientos de la nación y de la sociedad china.
Conocida la noticia, los defensores de la libertad de expresión encendieron las alertas sobre la violación a los derechos.
La medida anunciada por el gobierno de Xi Jinping se suma a los crecientes reclamos por el nivel de censura aplicado.
En las redes sociales se acumulan reclamos contra las autoridades por la invasión al ámbito privado.
Mientras la sociedad china transita una larga transición hacia la globalidad, el peso de la tradición sigue presente.
En las calles de ese país conviven las viejas y las nuevas ideas sobre un delgado equilibrio.
Por tradición, las personas mayores pueden y «deben» corregir a las generaciones que les preceden. Esto incluye palabras ofensivas contra quienes se alejan de los intrigados códigos morales existentes.
Respecto a la forma de vestirse, China cuenta con una larga tradición restrictiva que data desde la época imperial.
En el pasado, los códigos de indumentaria cumplían reglas militares que se pagaban con la vida al romperlas.
Hoy, miles de años después, la misma idea resiste los tiempos, maquillada en multas y prisión.