Islandia

La erupción volcánica que esperaban los geólogos en Islandia ocurrió al fin, provocando una enorme grieta.

Un enjambre sísmico ocurrido en Islandia derivó en una erupción de un volcán y la declaración del estado de emergencia.

La sucesión de terremotos ocurridos este lunes en Islandia abrió la puerta a un evento potencialmente peligroso.

Desde el 22 de noviembre pasado, la actividad volcánica del país entró en alerta máxima ante una inminente erupción.

La predicción de los geólogos se cumplió este lunes pasado tras el despertar del volcán de Grindavik.

Pasadas las 22 horas, el cráter del gigante empezó a mostrar sus verdaderas intenciones a la población.

Una seguidilla de terremotos dieron paso a un río de lava y a una grieta de 4 kilómetros de longitud.

A partir del evento, el gobierno implementó los acostumbrados operativos de desalojo para preservar la vida de las personas.

Las imágenes tomadas en la zona describen el poder de la energía de la naturaleza cuando se libera.

Cerca de la evacuación se localiza una central de energía geotérmica que por el momento se encuentra fuera de peligro.

Sobre la evolución del siniestro, los expertos indican que la situación mejora con el correr de las horas.

A las cuatro horas de iniciado el evento, el flujo piroplástico disminuyó de manera considerable.

Pese a todo pronóstico positivo, los geólogos aclaran que la tensa calma puede romperse en cualquier momento.

La experiencia indica que los episodios volcánicos dependen de un combo de factores imposibles de anticipar.