felicidad

Desde Noruega nos llega el Friluftsliv, un concepto acuñado que estable una relación directa entre la felicidad y la naturaleza.

La felicidad es el estado de ánimo ideal del ser humano que proporciona bienestar físico y espiritual.

Desde que pisamos esta tierra hemos buscado el camino correcto que nos lleve de vuelta al jardín del Edén.

Uno de los tantos caminos que conducen al rumbo indicado lo encontramos en el amor a la naturaleza.

Fue en 1850 cuando Henrik Ibsen popularizó el término Friluftsliv que no es otra cosa que la vida al aire libre.

La propuesta es conectar con cualquier tipo de entorno que nos conecte con la esencia de la naturaleza.

Se refiere a un conjunto de actividades que se pueden hacer al aire libre y que demuestran nuestro amor por el entorno.

Las opciones a elegir dentro de este concepto son tan amplias como los espacios que nos rodean.

Estamos hablando de lugares remotos como las montañas o tan cercanos como los pequeños bosques o fuentes de agua.

Una visita a los ríos, lagos o cualquier espejo de agua funciona para vivir la experiencia del Friluftsliv.

Quienes adoran las caminatas bajo la sombra de los árboles, en la selva húmeda o en el desolado desierto, saben de lo que hablamos.

Para que la propuesta funcione, el objetivo de cada actividad debe ser el ocio, la contemplación y el simple disfrute de la escapada.

Quienes viven en la ciudad y no pueden viajar a lugares remotos, la idea es acudir a las plazas, viajar en bicicleta o caminar por el barrio.

El propósito es bajar los niveles de ansiedad y cargar el cuerpo con energía positiva.