Franja de Gaza

Tras el ataque sorpresa de Hamás, la respuesta de Israel fue implacable en algunas zonas de la Franja de Gaza.

Al menos un millar de personas perdieron la vida en un bombardeo perpetrado por el gobierno de Israel.

Entre las víctimas se contabilizan cerca de 300 menores de edad que vivían en las viviendas destruidas.

La respuesta de Israel al ataque de Hamás del pasado fin de semana empezó a cobrar vidas del territorio palestino.

El objetivo de las fuerzas israelitas es la Franja de Gaza, un sector en donde viven alrededor de 2,3 millones de personas.

Los bombardeos destruyeron más de mil viviendas, dejando a su paso una hilera de restos humanos.

Con los hospitales colapsados, el personal médico hace lo que puede en medio de una situación insostenible.

Además de las explosiones en Gaza, los servicios de agua y electricidad están suspendidos. Esta medida adoptada por Israel condena a la población civil a un destino incierto.

Para entender la gravedad del asunto hay que considerar también las versiones que indican el uso de armas químicas.

Según la denuncia del Ministerio de Exteriores de Palestina, Israel utiliza bombas de fósforo blanco.

El fósforo blanco es una sustancia química mortal que produce quemaduras profundas en el cuerpo. La utilización de esta sustancia en conflictos bélicos está prohibida.

De comprobarse la utilización del fósforo, Israel enfrentaría el castigo por la violación de los acuerdos internacionales.

Al margen de las distintas posibilidades y responsabilidades de los bandos enfrentados, el conflicto crece.